7 de marzo de 2011

CSI Moçambique




Todo en orden?

Por acá todo de maravilla como siempre (entiéndase por maravilla aun fuera de la zona de confort, extrañando la casa y queriéndoles dar un abrazo a todos, pero igual contenta)

Hoy vamos a hablar de robos.

En Colombia alguna vez me robaron, a personas que conozco las atracaron, robaron sus casas o por lo menos un intento fallido, pero todos tenemos historias como esas.

A la semana de haber llegado acá (o sea hace 7 meses) me intentaron asaltar en una en un trayecto de dos cuadras tres veces, pues el intento es la propia empujada y metida de mano al bolso, al bolsillo y vainas de ese tipo que uno previene agarrando el bolso para adelante, metiéndose la plata en los zapatos y pareciendo seguro de sí mismo aunque este cagado del susto. Para mí esa es la esquina de los asaltos y paso con miedo, es como decir “El hueco” en Medellín, donde hay mucho comercio, mucha gente y un voleo de gamines en el proceso.


A casi todos los han intentado robar, a Ed y Markél de Brasil les robaron en la misma esquina a la misma hora con 8 días de diferencia, a Jorge le robaron las roomates Mozambicanas, a Christian en la playa pero nada como de llamar la policía o poner la queja, uno compra otro celular o dice mil palabras groseras en la misma frase para sacarse la rabia y listo.

Hace una semana llego Diogo un Portugués y este finde Paulo un Brasilero y se mudaron a vivir en un apartamento en una calle bien de este Maputo.


Uno siempre piensa que vivir en un edificio es mejor porque hay portero, es más seguro, uno conoce los vecinos, hay como una zona de confort más grande y pues uno piensa que una casa es más fácil que se la abran, que se entren y hay que poner reja, seguro, chapa y todas las modalidades de seguridad conocidas y posibles.


Acá es al revés, el amigo que cuida la puerta siempre está dormido y pues en un predio de más de 50 apartamentos el no alcanza a distinguir a nadie. La gente no es amiga del vecino y comparte un buenos días o se presta azúcar ni nada! Acá nadie conoce a nadie, la gente no se mete en la vida de los demás o por miedo o porque realmente no me importa! Malo pa’ uno que esta criado con la vecina que lo cuida, con el hijo de la vecina que juega escondidijo, con la señora de la tienda y todo el combo del edificio o la cuadra.


Entonces ya mudados Paulo y Diogo, salimos el domingo a almorzar carnita (un dato rapidito, como casi no como carne ya me cae mal y no puedo comer mucha) y pues nos ausentamos como 4 horas, ellos volvieron a casa y resulta que se habían entrado los ladrones y se robaron 500 dólares y dos laptop. No aguanta es nada!

Obviamente arrancamos para la casa de ellos, Ligia y yo llevamos una torta como para endulzar el momento y listos así sea para hacerles compañía moral en la situación.


Uno es desconfiao, entonces el primer sospechoso era un man de India que vivía ahí antes y tenía las llaves, llamamos a Markél que es grande y alto para que nos acompañara a esculcar al Indio a ver si era el jajajajajaja pues era como una película que nos montamos imaginando entrando a la casa del man a revisar sus cosas y creer encontrar los computadores. Eso nunca pasó, ni se esculcó al man, más bien fueron a la policía.


Luego de media hora llegaron ellos con un carro inmenso (como de SWAT) y entra al apartamento un amigo de bata blanca con una maleta de esas de investigación judicial, yo me sentía en CSI Moçambique (Crime Science Investigation Mozambique), yo estaba tan feliz, porque acá además de uno divertirse con muy poco todo lo que es novedad es bienvenido.


Para mí era charro porque todo es una mentira, el man saco una brochita y ese polvo negro para buscar las huellas jajajajajajaja que mentira, ahí habían huellas de todo el mundo porque la casa estaba muy sucia, lo que había era un polvero ni el berraco. Después de ver que había como un millón de huellas (probablemente incluidas las mías) le tomo una foto a eso con una maquina digital casera (o sea la mía debe ser hasta mejor) y ya! Esas huellas no las van a investigar ni nada, solo es para que quede un registro.


Después hablaron con el portero y el man no vio nada, no se acuerda de nada y ni sabía que habían nuevos inquilinos, pero después dijo “Yo creo que es el del apartamento del fondo, porque él es malandro” entonces dijimos a la policía que fuera a revisarlo. Y nos explicaron que según las reglas Mozambicanas no pueden hacer eso, necesitan una orden del juez, que me parece bien, pero lo mejor es que esa regla solo aplica desde las 6 p.m jajajajajajaja o sea solo aguanta que te roben en horario laboral.


Los manes se fueron y dijeron “Hasta acá llega nuestro trabajo” y no hicieron nada!

Después comparamos un candado más fuerte y pues a rezar o algo porque toca seguir viviendo ahí porque ya pagaron 3 meses por adelantado y pues es muy posible que el ladrón crea que ya no tienen nada mas de valor ni dinero y no vuelva.


Hoy van a ir a hablar con el malandro a decirle que si devuelve los computadores no ponen quejas en la policía y pues hay una probabilidad de que los devuelva porque les tengo otro dato que me da tristeza contar:

Cuando uno en este país es blanco, aun puede recurrir a hablar con fuerza y firmeza, como si fuera superior, ante un negro y él se va a sentir inferior y va a creer que debe hacer lo que estás diciendo.


Es triste, más que cualquier cosa, ver como un continente que puede tener más fuerza por su riqueza cultural y el potencial de líderes que puede tener, aun relegado por una historia que ya no tendría porque recordar.


Vamos a ver si recuperan las cosas, si no pues ni modo, así es acá y hasta allá y en muchos más lugares del mundo. Ahora nos estamos riendo del problema, jugamos a CSI y hasta terminamos creando un perfil del ladrón, creamos un manual “antirrobo” y a seguir desconfiando de todo el mundo para continuar disfrutando África.


Este post va dedicado a los buenos vecinos colombianos, a esos que dan tinto, a los que preparan algo rico y guardan para uno, a los que cuando uno se muda dicen “por acá a la orden para lo que necesiten”, a los que tienen tapete en la entrada que dice “bienvenido a nuestro hogar”, a los que ayudan a subir los paquetes del mercado, a los que conversan mientras esperan el bus, a esos que son lindos y a uno solo le sale un “Hola” cuando los ve pero quisiera decir “cásate conmigo”, a los que están de primeros en velorios y novenas, a los que escuchan música duro desde temprano, a los que se saben el nombre de uno (o me dicen Alejandra) y siempre le preguntan por la mamá, a los que son metidos y chismosos que siempre le cuentan a uno las historias de los del barrio, y a los que cuando le roban a uno por lo menos dicen “necesitas ayuda en algo?”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario